Son
cinco las áreas de desarrollo personal que todo individuo debe
potenciar y mejorar a lo largo de su vida. Las preguntas que lancemos
a cada una de estas áreas nos responderán sobre el grado de
satisfacción o éxito de nuestra vida.
En
cada una de estas áreas deberemos fijarnos nuestros propios
objetivos, así como las metas concretas a conseguir. Día a día,
clasificaremos nuestras acciones en función de estas áreas y en las
revisiones de nuestro sistema podremos analizar la evolución real
hacia los objetivos fijados.
Las
áreas sobre las que tenemos que trabajar son:
PROFESIONAL.
Hablamos
de qué hacemos, de cómo nos realiza el trabajo que desempeñados,
de cómo nos formamos para ser mejores y más imprescindibles. El
área profesional es aquel que recoge toda nuestra actividad
remunerada.
Realizamos
nuestro trabajo, "porque de algo hay que vivir", o por el
contrario, nos gusta realmente lo que hacemos. ¿Cómo saberlo?,
fácil. Solo nos hemos de preguntar si fuera de nuestro estricto
horario de trabajo, ¿nos sigue interesando lo que hacemos?, o por el
contrario estamos deseando salir para "desconectar". Piensa
que Eric Clapton seguirá oyendo música y aprendiendo fuera de sus
ensayos y conciertos, que Arturo Pérez-Reverte, seguirá peleando
con las letras más allá de su horario de trabajo, que un buen
vendedor (y lo somos todos) seguirá hablando con pasión de sus
productos, aunque no sea un cliente pontencial quien le escuche.
FINANZAS
Qué
hacemos con los ingresos que recibimos. Cómo los gastamos, ahorramos
o invertimos, independientemente de donde procedan y la satisfacción
que nos reporte su ingreso.
Las
finanzas, al igual que la salud, son patrimonio exclusivo del
individuo. Él tiene que saber reconocer a los profesionales que le
van a ayudar a gestionar su patrimonio, pero también tiene la
obligación de preocuparse por su salud financiera, estudiando y
aprendiendo sobre las diferentes opciones que tiene.
RELACIONES
Se
incluyen las relaciones que mantenemos con todas las personas
cercanas a nosotros y que no tengan un vínculo exclusivamente
recogido en cualquiera de las otras áreas. En este área de
desarrollo incluiremos nuestra pareja, hijos, familia, amigos y las
diferentes obligaciones y acciones encaminadas a conseguir nuestros
objetivos.
CONTRIBUCIÓN
El
ser humano es ante todo un ser social e intentar acabar con esto, o
cuando menos no potenciarlo, puede tener serias consecuencias sobre
su salud mental y física. Debemos preocuparnos por nuestro entorno.
Aportar desinteresadamente parte de nuestro valor a los demás.
Retornar a la sociedad parte de lo que ella nos aporta.
PERSONAL
Es
la última en nombrar, pero debe ser la primera en trabajar, porque
de ella depende el éxito en todas las demás.
En
el área personal debemos distinguir a su vez dos niveles:
Físico:
Hay que cuidar la máquina que nos sustenta. Debemos Comer, Beber
(preferentemente agua de diario), descansar y hacer ejercicio físico,
en cantidades equilibradas. Con el mismo rigor las cuatro acciones.
Hay que andar, correr, acudir al gimnasio o cualquier otra actividad
con la misma regularidad que comemos o bebemos. Pero al mismo tiempo
tenemos que tener claro que este ejercicio físico no nos exime de
cumplir con una alimentación sana y equilibrada, en caso contrario,
de nada sirve.
Mental:
Tenemos que seguir estudiando, o comenzar a ello. Tenemos que seguir
aprendiendo y si puede ser de los mejores. Para esto, solo hay una
forma barata, rápida y fácil de hacer. Leer. A diario. No más de
treinta minutos. Evidentemente se puede complementar con radio o
televisión (ambas bien seleccionadas) pero no tiene el mismo aporte
interior que la lectura, tanto por la gimnasia mental que supone,
como por la retención de conceptos.
Resumiendo,
ante cualquier contratiempo que se nos pueda plantear tenemos que
tener claro a que área pertenece y buscar las herramientas de las
que disponemos para saber corregirla. A la hora de priorizar las
actividades de un día, saber a qué área corresponden y si
contribuyen o no a la consecución de nuestros objetivos. En
definitiva, tenemos que empezar a ver el mundo por metas y objetivos
cuya clasificación inicial serán las áreas de desarrollo
descritas.
Empieza
por ver el mundo desde esta perspectiva, con el fin de mantener tu
mundo equilibrado en todo momento. Más adelante fijaremos objetivos
y metas, pero buscando siempre el equilibrio de tus áreas de
desarrollo. Perder este equilibrio, aunque obtengamos éxito en
alguna de ellas, es un fracaso en si mismo.